nº 3/94.- Primavera con una esquina rota

Hoy fué el día de la madre. Tópicos. Comercio. Todos contentos. De una manera egoísta, consciente de participar en este pacto social hipócrita, lo transformo en "tradición", le cambio el significado, porque quiero centrarme en el lazo especial que nos ha unido hoy a mi cachito y a mí. De momento aún es un disfrute para él. Una ilusión como los Reyes Magos.
Su esfuerzo cargando en sus brazos el centro de plantas.
Su paciencia aguardando la larga cola para pagar su orquídea... así me lo imagino, con su dinero apretado en la mano, vagando por las plantas del Corte Inglés, mirándolo todo, pensando que cara pondría yo si me compraba ésto o aquello.

Mi memoria es frágil y no quiero que se me olvide como se echó de la cama nada más despertar para traerme el desayuno en la bandeja: nesquick, tostada, ¡¡¡patatas fritas y conguitos!!!. Nuestro acuerdo tácito de pasar el día juntos y a ser posible solos. Nuestras partidas en el bowling. Se portó bien, las dificultades no le amargaron, superó los sinsabores sin enfadarse demasiado ni encapricharse para no "darme un mal dia". Lo noté.

Hoy ha sido para mí el mejor día en mucho tiempo.

Que más da que ELLOS aparecieran y yo los viese tan guapos a los dos, tan juntos, tan felices. Que más da que yo me sientiera tan fuera de sitio, tan sin espacio, tan sin ser ya nada para él. Que más da que por la noche me diese un chungo de ansiedad.

Mi niño me ha dedicado el dia, queriendo a su mamá, todavía prefiriendo estar conmigo que en cualquier otra parte. Te quiero, mi niño.

Ahora tengo que dormir, pero antes voy a leer "primavera con una esquina rota". Me siento con ganas de meterme en mundos ficticios, por días y días dedicarme a leer mientras adelgazo y el pelo crece, mientras mi alma y mi cuerpo se curan. No estoy muy bien aquí.

No hay comentarios: