nº 5/94.- La angustia fuma

Nada más despertar la angustia estaba ahí sentada, sobre mi pecho, fumando.

Ya somos viejas conocidas. Ahora me visita frecuentemente.Lo llevaría bastante bien si no fuese tan absorvente, si no me quisiera solo para ella. Cuando ella está no puedo vivir sensaciones agradables: esas quedan afuera acechando el momento en que se vaya. Yo sé que están ahí, y eso me ayuda.

Escribir es como un exhorcismo. Le impide tomar posesión de mí. La espanta. Así que, cojo mi libreta, pero la noto ajena, algo muerto.
Ella se recuesta, echa el humo del cigarro. Sonríe.

Echo de menos el abrazo solidario, el calor humano. Al Que Reconforta. Pero ya no puedo correr a lloriquear, a deprimirlo. Ya no sé si está ahí. Le escribí ¿llegaré a echar la carta?

La angustia cruza las piernas. Se pone cómoda.

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1 comentario:

Soros dijo...

Bette Davis era, curiosamente, la actriz preferida de mi tío Robisco, el del castillo, decía que esa mujer era todo un carácter.Estoy de acuerdo con él.