nº 25/94.- Ocupada viviendo

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Ya es el final de octubre. Hoy, cuando me levanté he sentido frío. Agosto, setiembre... cuanto hace que no escribo, más de 2 meses!.

Y me han pasado cosas en ese tiempo, sin embargo están todas y ninguna. Nada ha cambiado sustancialmente, pero he tenido la sensación de estar viva y actuar.
Qué diferencia con aquello de:
"Hoy me llamó M. Bajé a tomar un café con F." cosas así apuntaba en las agendas durante los años que perdí esperando a mi ex, ocupadísima manteniendo mi amor a salvo, a la espera de que él despertase de su realidad paralela. Entonces vivía de emociones alimentadas con mi fuego interior, sólo pendiente del movimiento de marea de mi ex. como velando a un cadaver...
Y esa actitud también es la que mantuve después con mi Escurridizo Amado. Parece que me va lo de una de cal y otra de arena, ese tipo de relaciones adictivas: estoy por las nubes, allá arriba en la montaña rusa, y cuando me retiran su amor y se produce el bajón, en vez de curarme las heridas y volver a enamorarme, ir a buscar el amor en otra parte, yo no, yo vuelvo junto a él, a buscar otro chute que me haga tocar el cielo de nuevo, para al poco tiempo estar tirada en el mismo agujero, y como tengo el síndrome de abstinencia, sé que se me pasará todo ese dolor con otra dosis, y así entro en ese círculo del que no puedo salir, esclava de la emoción, esclava del amor.
Pero estas últimas semanas no he sido su cautiva, me sentí libre, viviendo flirteos, agradables veladas charlando. Disfrutando cada día de la maravillosa sorpresa de ver a mi hijo crecer. Y también broncas y emociones, pero sucediendose las cosas unas a otras tan rápido, que pasan fugazmente.

Porque las semanas son cortísimas, y los fines de semana diminutos.

Y me siento partícipe del otoño, de la ciudad, de la calle, de la gente. Y cuando lo percibo ya pasó todo un mes, o dos. Caigo en la cuenta de que nunca me duele nada.
¡Me siento tan bien!


Sólo que fumo demasiado. Como demasiado. No hago ejercicio, y me canso con facilidad. Pero lo olvido enseguida. Todo lo olvido enseguida, hasta lo que debería recordar para no caer en lo mismo. Y lo vivido se confunde entre la niebla de un recuerdo borroso:

  • las tranqulas-relajantes-divertidas-sorprendentes-pobres y únicas vacaciones por las rías
  • M. en la canción de Benidorm, (¿y mi aventurilla excitante con el hermano de M.?)
  • mis flirteos con C.
  • Jose que viene a verme
  • Mi ex- mirando mi nuevo corte de pelo con los mismos ojos de cuando estuvo enamorado de mi.
  • Las copas, la música, yo bailando con la lengua fuera...
  • El Amado Escurridizo riiiiing riiiiing en la noche,
  • y otras veces yo toc-toc en su ventana
  • Mi invitación a casa para M. y su hermano D. cuando vino a cantar a la ciudad.
  • Yo comprando ropa nueva (el terror de las tarjetas de crédito -mamá, tírala, dice mi niño-)
  • el espejo hablando bajito: nena, vas dejando atrás la juventud
  • y R. con su novio nuevo, y todos con sus novios y novias, y yo que no encuentro a nadie adecuado para mí (y menos mal, porque ¿qué haría con él?)
  • y charlando casualmente con Rb y su cochecito de bebé (¡como cambian las cosas! -o como he cambiado yo-)
  • aquella botella de Burdeos en casa, y la otra, el día de la representación de la obra "no te duermas"
  • y la caricatura de mí misma en esta nueva faceta de mi trabajo, atendiendo y sonriendo al público...

Eso y más cosas pasan como el rollo de cinta por el lector de microfilm: los pocos libros que he leído, las muchas películas que he visto, las miradas que he recibido y las que yo he echado.
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2 comentarios:

Lan dijo...

No está mal. Estar sola es no tener que renunciar a nada, excepto a lo que te apetecería tener. ¿Cuántas imágenes pasan por la cabezas, verdad?

betdeivis dijo...

Las cabezas no paran de trabajar.

La frase de "estar sola es no tener que renunciar a nada, excepto a lo que te apetecería tener" me gusta, pero le falta algo. Creo que otra frase complementaria que recogiera cómo la felicidad de estar en pareja también supone renunciar "a lo que te apetecería tener".
Las personas que, como yo, hemos vivido perdidas, perdiéndonos, estamos siempre insatisfechas.
Si tuviera compartiendo conmigo al mejor hombre del mundo,
lo más probable no sería que él me sostuviese en su calma,
si no que yo le hubiese arrastrado a mi torbellino.

Gracias por dejar un comentario, no creí que nadie pasara a leer algo en este rincón de la memoria.